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lunes, 29 de noviembre de 2010

Caliente como el hielo

     Según me cuenta la wikipedia "la subjetividad es la propiedad de las percepciones, argumentos y lenguaje basados en el punto de vista del sujeto, y por tanto influidos por los intereses y deseos particulares del sujeto". Así pues, es por tanto lógico decir que nuestros sentidos se encargan básicamente de recoger información del exterior para que, bajo nuestro criterio, reaccionemos de una u otra manera. Por ejemplo, cuando olemos una comida que nos gusta salivamos, o cuando escuchamos un golpe fuerte nos ponemos alerta. Como nos enseñaron en el colegio: cada estímulo tiene una respuesta.
     Pero hay sensaciones totalmente opuestas que nuestro cerebro las interpreta de la misma manera. Pongamos un ejemplo:
     ¿Habéis pensado alguna vez por qué si sostienes durante mucho tiempo un cubito de hielo os quema la mano?
     Pues como ya sabréis no es que se ponga el hielo a temperaturas altísimas ni mucho menos, sino que en nuestra piel las células mueren de forma muy similar tanto si se les somete a muy altas temperaturas o muy bajas. Entonces lo que tenemos es que nuestro cuerpo interpreta de una misma manera dos conceptos muy diferentes. Al sostener en la mano un cubito de hielo durante mucho tiempo o un clavo ardiendo la información que nos llega por el sistema nervioso hasta nuestro cerebro nos hace reaccionar de la misma manera: Soltarlo inmediatamente.
     Algo parecido a esto me pasó con una chica con la que compartí parte de mi vida, y no pude interpretar lo que pasaba realmente hasta el momento en que al sostener un cubito de hielo lo solté rápidamente y lo dejé caer.
Nuestras discusiones eran tan calientes que me dejaban helado
Sus besos eran tan fríos que quemaban en mis labios... Y entonces supe interpretar todos esos estímulos: Suéltala, déjala caer.

Si no confiáis en vuestros sentidos ¿Qué sentido tiene confiar?